Todo el mundo tiene un libro que marcó un antes y un después en su vida. Para mí fue éste, La brújula interior, de Álex Rovira Celma. 

La primera vez que lo leí fue por obligación. Me lo hicieron leer en el 2006, hace unos 12 años cuando estudiaba el CFGS de Educación Infantil. Recuerdo que por aquella época yo era una adolescente muy perdida en la vida, no era en absoluto feliz y sobrevivía inmersa en una situación familiar muy desagradable que me quitaba el sueño y no me dejaba centrarme en nada. 

Además de leerlo, la profesora nos pidió que hiciésemos un trabajo escrito en el que resumiéramos cada capitulo del libro junto con una reflexión personal. Siempre he sido muy aplicada y perfeccionista con mis trabajos pero recuerdo que con este en concreto, además de mi mente, puse toda mi alma. Me calificaron con un 10. No esperaba menos, puesto que me desnudé completamente. Parecía que ese libro estuviese escrito expresamente para mí, no daba crédito.